Dirección: Rui Madeira
Espectáculo en portugués con sobretítulos en español. Circuito Ibérico de Artes Escénicas
Una madre viuda prepara con su hija y una criada el equipaje para irse a su casa de verano y mientras ejecutan esta tarea la mujer repasa en voz alta su matrimonio, su relación con su hija y el papel del teatro. Ya en su lugar de destino, una vivienda junto al mar, se reunirán con su invitado, un dramaturgo autor de una obra titulada Sálvese quien pueda.
Lo que está en juego es el Teatro en sí: el Escenario, los Artistas y el Público. Parece que los europeos aún no han entendido lo lejos que nos ha traído la II Guerra Mundial. Hoy hay una generación de náufragos en esta Europa, luchando ferozmente por salir a la superficie, sin memoria colectiva y una profunda sentido de venganza. Son reales, concretos, encantadores y creen que esta Europa puede ser una vez más su Europa, la de la barbarie. Personajes sofocados con abrigos de miedo para cercar la Ciudad. La falta de amor u odio es la estrategia que queda para la supervivencia. La Madre, la Hija, el Dramaturgo, la Doncella, no están solos, uno contra el otro. Muestran también con una «desvergonzada» desnudez los mecanismos del cerebro.
En un «marco familiar» crepuscular emerge la figura de la Madre que hace su vida sembrando la Muerte a su alrededor. Ella, que solo quería mirar el mar y comprender las mareas. Ella que salió con una maleta vacía y para llenarla pisoteó a a cualquiera. Sí, ella dice que la inmundicia prolifera en todas partes, en el teatro, en la fábrica, en los trabajadores… Sí, hace 60 o 70 años «los trabajadores triunfan / pero este nuestro todavía no entiende / los trabajadores triunfan / tienen el cuaderno en sus manos /nos determinan / nos arruinan completamente … ya que no entienden nada sobre el té / tú tampoco tienes idea de la historia del mundo, hija mía».