Dirección: Luis Miguel González Cruz
Marapez, de Catalina Landívar, es una obra repleta de recuerdos, de veranos e inviernos de agua turbia. El agua de esa piscina que no se cambió jamás. Mara regresa a la piscina abandonada de la casa abandonada de su abuela que acaba de fallecer. Primos desconocidos aparecen de no se sabe dónde para vender la casa y, con ella, también la piscina abandonada donde vive desde hace tiempo Pez. El pez con el que el regalador de bañadores obsequió a Mara cuando ésta aprendió a tirarse de cabeza. En el silencio del desahucio, al hablar con ese pez, Mara va desgranando los recuerdos de todo lo que ocurrió en la casa de su abuela. Una casa que se ha llenado de humedad, que ha envejecido y se cae a pedazos, Mara volverá a su infancia poblada por una acumulación de ausencias: primero su madre, luego su abuela. Marapez es una obra repleta de imágenes, de recuerdos, de verano, de viento helado y de agua turbia. Tirarse de cabeza en la piscina es sencillo, sólo hay que mirar un punto fijo y cerrar los ojos antes de llegar al agua.
Esta representación se desarrolla dentro de nuestra semana dedicada al COLECTIVO DEL TEXTO.